Mutar

Estoy mutando. O renaciendo. O reinventándome. Sea lo que sea, duele.

Es extraño este lugar intermedio. Lo siento como un cruce de caminos, aunque puede que sea un umbral.

Es incómodo estar aquí —estar así—. Quizás, sea porque veo con claridad que ya no soy la que un día fui, ni tampoco la que pensaba que sería.

Soy un accidente, fruto del azar, incapaz de haberse concebido a sí misma antes, ni de ser, ni de pensar en qué será.

Antes –la que fui–, lo habría apostado todo a los sueños. Ahora —lo que soy—, ni siquiera sabe si todavía es capaz de soñar.

Sí, estoy mutando, no cabe duda.

Y duele.

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